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Vinuesa
19 Octubre 2006


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En uno de esos ratos inconfesables que escasas veces se tienen en el trabajo me he permitido el capricho de tratar de respirar de nuevo el aroma de los primeros Vinuesa con los videos que realizamos entonces… y la verdad he de reconocer ahora que no lo conseguimos en absoluto.
 
Vinuesa nació allá por el año 2.001 y se anunció como la Primera Reunión de Megascooters. Por primera vez los clubes que se habían formado a lo largo y ancho de nuestra geografía alrededor de este entonces “novísimo” tipo de motos íbamos a vernos las caras.
 
Las personas que sentaron las bases de una pretendida nueva filosofía de la moto vieron en la idea del recién nacido Megascooter Club Bizcaia el marco ideal para el gran encuentro.
 
Todos los que llevábamos un tiempo disfrutando del “viaje” de la afición al Megascooter nos tomamos esta Reunión con mucha ilusión. Las fotos que vivían desde hacia tiempo en Internet iban por fin a poder mostrar los rostros que configuraban los diferentes clubes en un único abrazo.
 
El Megascooter Club Madrid decidió acudir el Sábado. El día amaneció frio y soleado. Cristina y yo tratábamos de combatir la dureza de la ruta con el recuerdo que todavía nos inundaba de la que habia sido nuestra última escapada a la Isla de Córcega a lomos de Altaïr. Algo se agitaba en nuestro interior.
 
Paramos a desayunar. Las conversaciones se salpicaban entre ellas. El no tan pequeño grupo para estos  tiempos llenó el local de forma inusual en aquellas fechas en la que fuera del circuito de concentraciones “normales” era extraño ver tanto motero junto con el mismo rumbo.
 
Y poco a poco, acompañando a la sonrisa y la sorpresa que este nuevo mundo nos ofrecia llegamos a la tranquila población de Vinuesa. Un precioso enclave en la inmensidad de una naturaleza configurada por húmedos y verdes bosques.
 

No hubo fuegos de artificio. La explosión en el encuentro apenas se notó. Sin embargo nuestros corazones sintieron como eran rodeados por otros muchos que sentían y gritaban lo mismo que el nuestro.

Una comida. Una cena.
 

Todos vibramos con el sonido de la primera Silverwing que la mayor parte de nosotros oíamos en marcha apenas unos meses después de que viéramos la famosa “maqueta” en Barcelona.

Brindamos. Bailamos.
 
La noche cayó. El frío volvió. Las luces del cálido local luchaban contra el negro de la noche que caía sobre los megascooters. Nuestras risas y el bullicio rompían el silencio del exterior.
 
La luz habia llegado. Y creo que casi todos los que pasamos aquellos días de Octubre aún seguimos viendo iluminados por la llama que Vinuesa encendió en nosotros.
 

Vinuesa era y es mucho más de lo que se pueda entender como una concentración de motos, megascooters o lo que sea.

En Vinuesa duerme el verdadero espíritu que definió el mundo del megascooter en España. Pero podía haber definido cualquier cosa.
 
Porque a lo que habita en Vinuesa no se le puede poner nombre.
 

No tiene descripción en ningún diccionario, ni traducción en lengua alguna.

 
Es algo que no muere y tampoco nace.
 
Puedes recibirlo y mantenerlo. Sentirlo y  disfrutarlo.
 
Si lo has sentido, haz que tu vida sea como aquellos días. Compártelo.

publicado por Altair a las 20:51 del 19.10.06 en Nosotros